El sábado será un día triste
para el Balonmano aragonés y por qué
no decirlo para el Balonmano español.
Banyoles, la Canonja, Santoña y la
Primera Estatal dieron y han dado
buena cuenta de su MAGIA. Como
jugador, era un tipo especial. Podía tener delante al más duro defensor
enseñando los colmillos, pero lo burlaba con finura con su cásica finta de
brazo.
Ha sido un sufridor, qué
golpes francos más feos le he visto recibir y jamás se lesionaba, y si se
lesionaba soportaba sin decir nada el dolor para no perderse el siguiente
partido. Qué bonito fue verlo en el pabellón de Coras aquella tarde. Se dio un golpe contra el suelo y le tuvieron
que vendar la cabeza porque le salía sangre. Cuando volvió a entrar al campo lo
hizo más "chulico" que nunca, hasta parecía que corriese más rápido.
En los vestuarios le dijimos que parecía el mismísimo Leónidas (de hecho se lo dije yo), y por ése motivo el grito de
Stadium termina con tres "au".
Un entrenador le acusó de
ser mal defensor, iluso!! Ya defendía bien, solo que a partir de entonces puso
más énfasis en esa faceta. He visto al mismísimo Javier Molpeceres, por citar uno de los mejores jugadores,
totalmente desquiciado bajo su yugo. He citado su cualidad más excepcional,
"la magia", pero no la he explicado. Pichu tenía una varita mágica que hacía mejor a sus compañeros.
Cuantísimos goles habrá metido el Stadium
Casablanca con su sello, a pase suyo, y quizá no se le haya reconocido lo
suficiente. Sirvan estas líneas para agradecerlo.
Era consciente de todo. Si
uno de nosotros se sentía alicaído, él se acercaba a ti y hasta que no te
sentías más animado no te dejaba en paz. Daba la cara por todos. Es cierto que
su mentalidad ultra-ganadora le hacía perder las formas a la hora de recriminarte
un balón mal pasado pero cuando terminaba el partido no pasaba ni un minuto sin
que se disculpara. Además entre hermanos nos perdonamos todo. Y qué curiosa su
forma de correr, qué elegancia. Corría como de puntillas, parecía que levitaba.
Ha ido cumpliendo años pero siempre ha sido el mejor preparado físicamente de
todos nosotros.
Terminada la temporada y
recién llegaba junio, el ya iba casi todas las tardes a correr por el canal y
luego hacer "pechico" al
gimnasio de los hombres (muchas de esas tardes conmigo) y ya soñaba con salir
campeón la siguiente campaña. ¿Y que buena es el aguica eh Pichu? En algún lugar de nuestra cabeza, nunca nos retiramos del
balonmano y ponemos en marcha una realidad paralela donde imaginamos un
encuentro vibrante contra Maristas o
el CAI (que ya nunca se hará
realidad) o donde recordamos las tardes de canal y gimnasio, o donde recordamos
aquéllos cánticos de vestuario. Al menos a mi me pasa. Puede que se siga
vistiendo de verde y se siga llevando la cruz de San Jorge en el escudo pero sin Pichu, espero que me perdonen, ya no existe el Stadium Casablanca.
Seguramente llegue a la
segunda parte, pero no pienso perderme la despedida del que sigue siendo MI CAPITÁN. Vayas donde vayas y hagas
lo que hagas GRACIAS PICHU!!!
Fdo.: Diego Ortín
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